martes, 22 de octubre de 2013

Pesh


miércoles, 16 de octubre de 2013

Vos ves la Cruz del Sur
y respirás el verano con su olor a duraznos
y caminás de noche mi pequeño fantasma silencioso
por ese Buenos Aires, por ese siempre mismo Buenos Aires.
Extraño la Cruz del Sur
cuando la sed me hace alzar la cabeza
para beber tu vino negro, en medianoche.
Y extraño las esquinas con almacenes dormilones
donde el perfume de la yerba
tiembla en la piel del aire.
Extraño tu voz,
tu caminar conmigo por la ciudad.

Comprender que eso está siempre allá
como un bolsillo donde a cada rato
la mano busca una moneda, el peine, llaves,
la mano infatigable de una oscura memoria
que recuenta sus muertos.
La Cruz del Sur, el mate amargo
y las voces de amigos
usándose con otros.
Me duele un tiempo amargo
Ileno de perros y desgracia
la agazapada convicción de que volver es vano.
Comprender que un mar es más que un mar,
que la muerte se viste de distancia
para llegar de a poco, lenta, interminable,
como una melodía que se resuelve al fin
en humo de silencio.
Extraño ese callejón
que se perdía en el campo y el cielo
con sauces y caballos y algo como un sueño.
Y me duelen los nombres de cada cosa
que hoy me falta,
como me duele estar tan lejos
de tu caricias y de tus labios.
Extraño tu voz
tu caminar
conmigo por la ciudad.
Julio Cortázar




A tu suerte siempre restale una duda.
A esa duda, una posibilidad
Si esa posibilidad se vuelve tan loca,
esa es tu verdad. 

miércoles, 9 de octubre de 2013

Claro que no te convengo

No te convengo, en serio. En los gráficos de torta siempre entro en la porción de “no sabe, no contesta”. Uso una remera de Bob Marley y ni siquiera me gusta Bob Marley, ni los helados de chocolate. El tío dice que soy hipipie, el terapeuta dice que estoy obturado. Freud dice que evado la realidad, siendo irónico. Claro que no te convengo. Tomo sopa hasta en verano, no sé el nombre de ninguna constelación, me escondo tan bien que ni yo me encuentro, siempre le encuentro formas a las nubes que nadie forma, siempre le encuentro parecidos a la gente que a nadie le parece, no entiendo los pasacalles que dicen “te queremos” entre comillas, nunca sé distinguir cuál es la canilla de agua fría y cuál la de agua caliente. Ni un poquito te convengo. No tomo los dos litros de agua por día, nunca gané una rifa ni encuentro nada tirado en la calle. Soy intolerante, mal humorado, se me marchitan todas las plantas y ya tengo tres novias reservadas para la próxima vida. Me dan tristeza los payasos, los circos, las jaulitas, las estaciones de tren, las goteras, las fiestas de cumpleaños, las viejas imágenes, los parques de diversión, los charcos, la lluvia, los viejos aromas y todo lo que cae despacito. Me duermo en la mitad de las películas, y definitivamente, no te convengo... Miento yo, con este poema cuando trato de alejar la tristeza al menos por un rato, como si ella no existiera independientemente de mis ganas de que esté. Es verdad, podría ser peor... o podría ser mejor, y parar con todas mis teorías conspirativas, dejar de buscarle la quinta pata al gato, el sexto pelo al huevo, el séptimo sentido a la película de Bruce Willis, la octava maravilla al mundo. Dejar de buscar tanto siempre lo que no encuentro...

sábado, 5 de octubre de 2013

EsTodoTanDivertidoCuandoEstoyConmigo


Jjajajajajajaja pongan Mika de fondo y me  van a comprender............

miércoles, 2 de octubre de 2013

¿Es posible volver a confiar en uno mismo?