viernes, 22 de abril de 2011


Hola oscuridad, mi vieja amiga He venido nuevamente a hablar contigo Porque una visión deslizándose suavemente Dejó sus semillas mientras yo dormía Y la visión que fue plantada en mi cerebro
Aún continúa
Dentro del sonido del silencio
En inquietos sueños yo caminaba solo Por angostas calles de guijarros Bajo el halo de un farol Me levanté el cuello por el frío y la humedad Cuando mis ojos fueron acuchillados por el destello de una luz de neón Que agrietó la noche Y tocó el sonido del silencio Y en la desnuda luz yo vi A diez mil personas, o tal vez más Gente conversando sin hablar Gente oyendo sin escuchar Gente escribiendo canciones que nunca comparten las voces Y nadie se atrevía A romper el sonido del silencio Tontos les dije, ustedes no saben Que el silencio crece como un cáncer Escuchen las palabras que podría enseñarles Tomen mis brazos que podría extenderles Pero mis palabras cayeron como silenciosas gotas de lluvia Y resonaron En los pozos del silencio Y la gente se inclinó y rezó Al Dios de neón que habían construido Y el letrero emitió su aviso Con las palabras que estaba formando Y el letrero decía: Las palabras de los profetas están escritas en las paredes del subte Y en los zaguanes de las viviendas Y susurradas en los sonidos del silencio.